jueves, 2 de diciembre de 2010

CUENTO DE TRADICIÓN ORAL

El lagarto de Jaén

Un indiano , emigrante español en América , volvió rico a Jaén y entre las cosas que trajo de allí había un gran lagarto. Era como un animal de recuerdo de donde había estado. En un corral de su gran mansión el lagarto fue creciendo y haciéndose más y más grande hasta que necesitaba más cantidad para comer y animales como conejos y gallinas. Cuando su dueño comprobó que era un cocodrilo, y ante el miedo de que pudiera dañar a alguien, lo soltó en la Sierra detrás de la ciudad de Jaén. Se convirtió en un enorme cocodrilo y se comía las ovejas, a las cabras y a otros animales del bosque. Asustados, los habitantes de la ciudad y del campo, pensaban en una solución. Un viejo pastor la encontró.

A una oveja muerta le abrió la barriga, colocando en su interior pólvora y puso en el extremo una mecha de encendido y después le cosió la barriga, alargando la mecha hasta detrás de unas rocas. Al atardecer el cocodrilo olió la sangre y acercándose se tragó la oveja. Entonces el pastor prendió la mecha. Cuando llegó el fuego a la barriga del cocodrilo, este estalló por la gran explosión.

Por eso mi abuela le decía a mi padre cuando era chiquitín, que no comiera mucho porque iba a explotar como el lagarto de Jaén.



Autora:Laura Ros Duart. 5ºB

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